El sudor: Es un líquido claro, de gusto salado, compuesto por agua y sales minerales. La cantidad y composición del sudor no siempre es la misma ya que está regulado por el sistema nervioso. El sudor se produce en las glándulas sudoríparas, que están situadas en la piel de todo el cuerpo, especialmente en la frente, en la palma de las manos, en la planta de los pies, en las axilas... Luego, sale al exterior a través de unos orificios de la piel llamados poros.
Los pulmones: Su función es poner el oxigeno aspirado, a través de la nariz, en contacto con la sangre y a través de ella con los tejidos. El dióxido de carbono producido, como desecho metabólico, se elimina de la sangre en los pulmones y sale al exterior a través de las fosas nasales o la boca.
El hígado: El hígado desintoxica y descompone los productos químicos, venenos y otras toxinas que entran al cuerpo. Por ejemplo, el hígado transforma el amoníaco (que es venenoso) en urea (que posteriormente se filtra en el riñón para crear orina). El hígado también produce bilis, y el cuerpo la usa para descomponer las grasas que son útiles y los residuos no aprovechables.
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